La Agencia Central de Noticias de Corea, medio oficial del Gobierno de Pyongyang, termina el año celebrando el progreso del programa de defensa del país frente a los esfuerzos estadounidenses en todos los frentes y proclama su ‘invencibilidad’.
“La República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte), en su calidad de Estado responsable dotado de armamento nuclear, dirigirá el curso de la historia hacia el único camino de independencia y justicia, capeando todas las tempestades del planeta”, pronostica un artículo publicado por la agencia, de siglas inglesas KCNA, en su balance del año gregoriano que termina este domingo.
El editorial celebra el éxito de las seis pruebas de armas atómicas y balísticas llevadas a cabo
por el país a lo largo de 2017, pese a las duras “sanciones” económicas y a las maniobras militares de Washington en torno a la península de Corea, junto a sus aliados en la región, y señala que todo ello no ha impedido que los norcoreanos puedan hoy cantar “victoria” frente a Estados Unidos.
Corea del Norte debe ser considerada ya “un nuevo e innegable Estado estratégico” y “potencia nuclear del juche (doctrina filosófica oficial del Gobierno norcoreano)”, y nadie debe esperar que introduzca “cambio alguno” en su política, advierte la agencia estatal.
Ello se debe, insiste la triunfalista valoración de la relación de fuerzas entre Pyongyang y Washington, a que su “entidad como poder invencible” no puede ser “ni erradicada ni debilitada”.
El desarrollo mantenido del doble programa de armamento nuclear y desarrollo de Misiles Balísticos Intercontinentales (ICBM, en inglés) ha valido a Pyongyang la imposición de duros embargos por Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), el último de los cuales (aprobado el pasado día 22) prohíbe la exportación de toda una panoplia de productos, incluidos refinados de hidrocarburos, maquinaria y metales.
La eficacia de estas medidas queda en entredicho a la luz de las acusaciones de Washington tanto a China como a Rusia —pese a los desmentidos oficiales— de hacer suministros en secreto a Pyongyang en infracción de los embargos.
Aparte del apoyo ruso y chino, Pyongyang cuenta en su enfrentamiento con Washington —con quien no ha firmado la paz desde la invasión estadounidense de 1950 y que mantiene más de 70.000 militares desplegados en Japón y Corea del Sur— con la disuasión ejercida por la posibilidad de lanzar en caso de agresión un ataque de pulso electromagnético contra el país norteamericano que podría ser devastador.
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