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sábado, 14 de junio de 2025

14 de Junio: nacen titanes antiimperialistas, mientras el imperialismo golpea hoy



Un día marcado por el legado de Maceo y el Che, una agresión contra Irán, y la incoherencia que mancha su memoria.

El 14 de junio es una fecha que grita antiimperialismo desde los anales de la historia. En 1845, nacía en Santiago de Cuba Antonio Maceo Grajales, el "Titán de Bronce", cuyo machete no solo luchó por la independencia cubana, sino que se alzó como símbolo indoblegable contra el dominio colonial español – una expresión clara del imperialismo de su época. Su Protesta de Baraguá es un monumento eterno a la intransigencia revolucionaria y el rechazo a cualquier componenda con el opresor. Exactamente 83 años después, en 1928, llegaba al mundo en Rosario, Argentina, Ernesto "Che" Guevara. El médico devenido guerrillero encarnó el internacionalismo militante, llevando la lucha más allá de las fronteras, desde Cuba hasta el Congo y Bolivia, con una convicción férrea: el imperialismo, encarnado principalmente por Estados Unidos, era el enemigo principal de los pueblos del mundo. Su vida fue un tratado práctico sobre la necesidad de la acción constante y global contra este flagelo.

Hoy, 14 de junio de 2025, el monstruo que ellos combatieron muestra sus garras con renovada ferocidad. El régimen sionista de Israel, instrumento clave y beneficiario privilegiado del imperialismo occidental (particularmente estadounidense), ha lanzado un nuevo ataque militar contra la República Islámica de Irán. Esta agresión, ampliamente reportada por medios internacionales como Al Jazeera y Reuters, no es un hecho aislado. Es un eslabón más en la cadena de intervenciones, sanciones asfixiantes y guerras por procuración que el eje imperialista emplea para dominar el Medio Oriente, controlar sus recursos y aplastar cualquier resistencia a su hegemonía. Es la misma lógica de dominación que Maceo enfrentó en Cuba y que el Che identificó como el cáncer a extirpar a escala planetaria.

Y aquí surge la paradoja amarga, la incoherencia que mancha el legado de los héroes que hoy recordamos: ¿Dónde está la voz firme, la condena inequívoca, la solidaridad activa de tantos que se llenan la boca admirando a Maceo y al Che? ¿Qué valen los homenajes floridos y las citas de discursos si, ante la agresión imperialista actual contra Irán, reina el silencio, la ambigüedad calculada, o peor aún, la justificación sutil bajo el manto de la "geopolítica compleja"?

Maceo no negoció principios. ¿Acaso los autoproclamados herederos de su intransigencia callan ante la brutalidad del sionismo porque no es "su" lucha, o por temor a desviar la atención de sus propias batallas?

El Che cruzó océanos y continentes porque entendió que la lucha era una sola. ¿Qué diría hoy de quienes, admirando su imagen en la camiseta, son incapaces de extender su solidaridad militante al pueblo iraní agredido, o al pueblo palestino masacrado, porque no encajan en un relato cómodo o por prejuicios cultivados por la misma propaganda imperialista que él denunció?

Esta incoherencia no es un detalle menor; es una traición al núcleo mismo del pensamiento y la acción de Maceo y el Che. Ser revolucionario hoy, como lo fueron ellos ayer, exige identificar claramente al enemigo principal: El imperialismo en su fase actual, con sus múltiples tentáculos (militar, económico, mediático) y sus aliados regionales como el sionismo israelí. Exige practicar el internacionalismo consecuente: Solidaridad activa con todos los pueblos agredidos por el imperialismo, sin excepción ni doble rasero. La lucha en Palestina, en Yemen, en Venezuela, en Irán, es la misma lucha. Exige condenar sin ambages toda agresión imperialista, venga de donde venga y contra quien sea. El silencio o la tibieza ante el ataque a Irán es, objetivamente, complicidad con el agresor. Y sobre todo, exige trasladar la admiración a la acción: Más allá de recordatorios históricos, usar el ejemplo de Maceo y el Che como brújula para analizar el presente y actuar con coherencia.

Hoy, 14 de junio, no basta con recordar a los Titanes. Honrar verdaderamente a Antonio Maceo y al Che Guevara significa levantar su bandera antiimperialista aquí y ahora. Significa gritar ¡Basta! a la agresión contra Irán. Significa desenmascarar la naturaleza imperialista del sionismo y de sus patrocinadores. Significa exigir coherencia a quienes dicen inspirarse en ellos. El mejor homenaje es continuar su lucha, sin dobleces, sin miedo, en todos los frentes donde el imperialismo oprime. La enseñanza es clara: el antiimperialismo, como la libertad, es indivisible. O se combate en todas partes, o se traiciona en todas partes. Que el ejemplo de los nacidos un día como hoy ilumine el camino de la acción coherente.

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