miércoles, 17 de octubre de 2018

Escalada de Estados Unidos contra Cuba: de la retórica a la acción (+Video e Infografías)


En un casi desierto salón de reuniones de Naciones Unidas tuvo lugar la más reciente puesta en escena del gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Se trata de la presentación de la campaña Jailed for what (Presos para qué) ante el Consejo Económico y Social de la Onu (Ecosude), con la que pretendieron “responsabilizar al régimen cubano por sus violaciones de derechos humanos y apoyar las aspiraciones del pueblo cubano a vivir en libertad”, dos de los componentes que definen la política exterior supranacional de la administración de Donald Trump.


La misión cubana ante ese organismo multilateral protestó enérgicamente al conocerse la convocatoria y exigió la anulación del evento por ser “una farsa política del peor gusto, edificada sobre falsos argumentos y con actores de reparto, algunos de procedencia cubana”. 

En su argumentación, los representantes de la cancillería caribeña afirmaron que esa campaña no tiene otro objetivo que justificar el bloqueo de Estados Unidos contra la isla, el cual será nuevamente condenado, de forma unánime, por la Asamblea General de la Onu a finales de octubre. 

“Estados Unidos carece de moral para dar lecciones y mucho menos en esta materia”, dijo la misión de Cuba, y denunció “el uso de la tortura” en EE.UU., así como el “asesinato de afroamericanos por policías”. 

A pesar de las protestas, el evento se realizó aunque con baja participación. Los que no faltaron fueron Kelley Currie, representante estadounidense en el Consejo Económico y Social de la ONU; el jefe de la Organización de Estados Americanos, el desleal Luis Almagro; y el ex convicto cubano Alejando González Raga, entre otros. 

Lo sucedido en Ecosude demuestra que la escalada de Estados Unidos contra la Mayor de las Antillas ha salido de la retórica para convertirse en acciones directas. Ya no se esconden tras bambalinas ni camuflan presupuestos con fines injerencistas en supuestos programas de ayuda. No les hace falta, la Directiva Presidencial presentada por Trump el Miami el 16 de junio de 2017 ampara cualquier exceso. 

Y si han tardado desde el ascenso de Donald al poder (20 de enero del 2017) hasta ahora es porque les faltaba el quién, situación que han ido remediando en los últimos meses con el nombramiento de Mike Pompeo al frente del Departamento de Estado; de John Bolton como Asesor de Seguridad Nacional; y la propuesta de Mauricio Claver-Carone al frente de Seguridad para América Latina. 

Varias fuentes han asegurado que Pompeo y el senador anticubano Marcos Rubio se llevan el crédito de la invención de los supuestos ataques sónicos contra el personal diplomático de Estados Unidos, hecho que paralizó el lento proceso de normalización de relaciones bilaterales iniciado por el Gobierno de Barack Obama. 

Bolton, por su parte, mintió públicamente acerca de las armas de destrucción masiva con que contaba Saddam Hussein, uno de los argumentos que sirvió para declarar la guerra a Iraq, e intentó implicar a Cuba en una denuncia acerca de laboratorios de guerra biológica, argumentos que entonces fueron desestimados. 

Claver-Carone, por último, se ha beneficiado durante las últimas décadas con los multimillonarios fondos que el Gobierno de su país ha dedicado a la subversión contra Cuba. 

Son tres personajes perfectos de los cuales se puede esperar mucho más que esta campaña a favor de un centenar de presos cubanos. 

En 2016, cuando el entonces presidente de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, fue interrogado acerca del tema aclaró: “Nos oponemos al doble rasero sobre los derechos humanos. Cuba tiene mucho que decir y mostrar en esta materia”. (…) los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales son indivisibles, interdependientes y universales”. 

Recientes revelaciones del centro de investigaciones sociodemográficas Pew Research Center aseguran que Estados Unidos tiene la mayor tasa de presos del mundo: 655 presos por cada 100.000 habitantes; cifra que asciende a 860 por cada 100.000 habitantes si solo se toma en cuenta la población mayor de 18 años.


 Lo sucedido según reportaron el diario Granma y Cubadebate

“Cuba sí; bloqueo no” fue el coro que resonó en el evento anticubano organizado este martes por los Estados Unidos en la sede de las Naciones Unidas como parte de una campaña previa a la votación del próximo 31 de octubre, cuando los países del orbe se pronunciarán sobre la política de agresión norteamericana contra la mayor de las Antillas.

La representante estadounidense, Kelley Eckels Currie, se negó a abrir los micrófonos a la delegación cubana que asistió al evento para denunciar la violación de los principios elementales de la Carta de las Naciones Unidas.

Los diplomáticos cubanos, acompañados por otras decenas de personas en la sala, protestaron la negativa con golpes en las mesas y coros exigiendo el fin de las agresiones estadounidenses contra Cuba.

La cancillería cubana también denuncia que miembros de la solidaridad con la isla fueron expulsados de la reunión.

Especial rechazo suscitaron la presencia y las palabras del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien aprovechó su presencia en el estrado para atacar una vez más al gobierno cubano y otras naciones soberanas de América Latina.

Antiguo canciller uruguayo, Almagro ha asumido una postura sumisa a los intereses norteamericano y contraria a los movimientos progresistas en la región desde que fuera nombrado como máximo representante de la desprestigiada OEA.

Bajo presiones de los Estados Unidos y en contra de los principios de la Carta de Naciones Unidas, el evento sesionó esta tarde en la sala del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas.

“La voz de Cuba se escuchó pese a todo”, afirmó la embajadora cubana ante la ONU, Anayansi Rodríguez Camejo, tras concluir la frustrada maniobra estadounidense.

La diplomática cubana acusó a Estados Unidos de utilizar “absurdas mentiras” para atacar a Cuba.

Trabajadores.cu

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