lunes, 6 de mayo de 2019

La extrema derecha se jacta de la masacre del 2 de mayo

El aniversario de los hechos del 2 de mayo en Odessa no es un algo que lamentar (aunque en la Casa de los Sindicatos fueran asesinados ciudadanos de Ucrania) sino una “victoria sobre el mundo ruso”. Sin embargo, al contrario que en 2018, los nacionalistas lo celebraron en las calles de Odessa por separado.

Entre los nacionalistas existía la tradición de dedicar este día a publicar en las redes sociales imágenes dedicadas a lo ocurrido. Por ejemplo, el líder del Praviy Sektor, Andriy Tarasenko, repitió su post de hace tres años: una imagen de un cóctel Molotov ardiendo acompañado del texto “¡Hechos, no palabras!”. Dicho de otra forma, el Praviy Sektor frívolamente desmiente la justificación oficial de que “los separatistas se quemaron a sí mismos”.


Sin embargo, el ambiente de “victoria sobre los saboteadores rusos” (esta mentira, iniciada en mayo de 2014, sigue repitiéndose pese a que todos los muertos en la lista de víctimas eran residentes locales de Odessa) queda eclipsado por el hecho de que, cada 2 de mayo, las autoridades tienen que enviar desde otras zonas del país refuerzos de la Guardia Nacional a Odessa (en 2016 incluyó también al regimiento Azov), de lo que se desprende que la ciudad no es precisamente proucraniana. Así lo confirmaron las encuestas hace un año.

Para “matar” el orden del día informativo (la marcha del Corpus Nacional por “el orden ucraniano” habló directamente a cámara en la retransmisión online), los nacionalistas optaron por, no solo intentar interrumpir el acto de los activistas del campo de Kulikovo, sino hacer su acto propio. Hace un año, el 2 de mayo de 2018, se celebró en Odessa la “Marcha por el Orden Ucraniano”, marcada por un gran escándalo: la líder del Praviy Sektor en Odessa, Tatiana Soykina, afirmó en un discurso tras la marcha (y fue apoyada por el líder del Praviy Sektor) que “creemos, confiamos en traer a Odessa y a Ucrania el verdadero orden ucraniano. Ucrania para los ucranianos, no para los judíos. No a la oligarquía. ¡Gloria a Ucrania!”.

El lema de la “Marcha del orden ucraniano”, eslogan elegido para las pancartas de Azov, no fue inventado por el Praviy Sektor sino por el Corpus Nacional y se utilizó por primera vez el 11 de marzo de 2016 en Járkov.

En 2018, junto al Corpus Nacional, participaron activamente en la “marcha del orden ucraniano” los activistas del Praviy Sektor y Svoboda con sus banderas. Los periodistas afirmaron que, este año, organizaban la marcha esas tres organizaciones principales y Street Front. Sin embargo, en la marcha solo había miembros del Corpus Nacional y la Milicia Nacional vestidos de camuflaje acompañados por sus juventudes.

Según el perfil de Facebook de Svoboda, ese día el único evento relevante fue el acto el de las doce del mediodía en la plaza de la Catedral, donde, según Dumskaya se reunieron alrededor de 200 personas, entre ellas miembros del Praviy Sektor liderados por Soykina. Al contrario que los miembros de Svoboda, que se limitaron a ir de uniforme con sus símbolos, el Praviy Sektor acudió con banderas del partido, lo que hacía más sencillo ver que eran muy pocos (apenas una docena de activistas).

Svoboda y el Praviy Sektor ignoraron la “marcha por el orden ucraniano”, que comenzó a las seis. En realidad, no puede sorprender. Hace un año, estas organizaciones eran firmantes del “Manifiesto Nacional” y tenían la intención de presentarse como un bloque único en las elecciones legislativas para intentar superar el 5% mínimo para entrar en el Parlamento. En octubre de 2018, cuando las encuestas mostraron que los nacionalistas no iban a superar ese mínimo (lastrados por la irrelevancia del Praviy Sektor, que ha perdido todo apoyo social en los últimos años, y el declive de Svoboda), la alianza se rompió y Svoboda trató de unir a todos los nacionalistas menos el Corpus Nacional alrededor de su candidato a la presidencia, Ruslan Kosulinsky. [Esta división se evidenció también en las elecciones, Svoboda y Praviy Sektor apoyaron, como mal menor, a Poroshenko, mientras que el Corpus Nacional, sin apoyar explícitamente a Zelensky, hizo campaña activa contra Poroshenko-Ed]

Así que la “marcha por el orden ucraniano” quedó solo para el Corpus Nacional, que la usó al máximo. Llegaron a la ciudad activistas de todo el país (así lo mencionó la televisión local) para dar la imagen deseada.

La marcha se organizó para dar una impactante impresión en vídeo: una marea humana fluía por las calles de la ciudad. Sin embargo, cuando la cámara mostraba la marcha desde el lateral, no de frente, era evidente que la anchura de la columna no era excesiva. Desde arriba, hacía incluso más daño: la columna no era más ancha que cuatro o cinco personas más los cordones policiales a su alrededor.

Pero tampoco hay que subestimar el número de manifestantes. Según Dumskaya, participaron en la marcha “más de mil personas”. Según el corresponsal de UNIAN, “alrededor de 1.500 personas”. A juzgar por las imágenes, el dato se acerca a la realidad. Por desgracia, la Policía Nacional de la región de Odessa no dio datos desglosados y brevemente informó de que habían participado en los actos dedicados al aniversario del 2 de mayo en Odessa 4.500 personas [el dato deja claro que el acto más importante fue el de Kulikovo-Ed].

Los gritos de “tenemos el poder” y “Odessa es Ucrania” tenían el obvio objetivo de intimidar a la población prorrusa y “la paz en Odessa es cosa nuestra” buscaba además adjudicar el mérito del 2 de mayo de 2014 al Corpus Negro, que en unos días formaría el batallón Azov, aunque entonces no se encontraba en la ciudad.

Como admitió el 1 de mayo en su canal de Telegram el jefe adjunto del Corpus Nacional, Mykola Kravchenko, el día de la tragedia de Odessa, el Corpus negro estaba al otro lado del país, en Járkov, aunque con una misión similar: “el 2 de mayo de 2014, hace exactamente 5 años, los separatistas perdieron Járkov. Ese día habían anunciado el apogeo de la “primavera rusa”. El 1 de mayo habían previsto una megamarcha que iba a acabar con la toma del poder en la ciudad, pero algo salió mal. La mañana del 1 de mayo de 2014, llegaron a Járkov varios autobuses llenos de “hombres de negro”. Casi no teníamos armas. Una docena de granadas y carabinas. Pero estábamos preparados para para la marcha de los separatistas. Habíamos comprado, cortado y pintado de negro barras de metal. Los nuestros iban todos de uniforme negro (era el más barato), con balaclavas del mismo color y las barras de metal hacían que pareciéramos una pesadilla a ojos de los separ de Járkov. Si la marcha se hubiera producido, habría sido tan sangriento como al día siguiente en Odessa”.

Pero, como reconoce Kravchenko, la masacre no se produjo: “la marcha no se celebró. A los separ les entró el miedo. Aún recordaban la batalla de Rimarska (el 14 de marzo, radicales de extrema derecha habían asesinado a tiros a dos activistas prorrusos-Ed). Rumores sobre “hombres de negro” sonaban a los separ locales mucho peor que la realidad. Todo el día nos dedicamos a dar vueltas por la ciudad buscando militantes separ. Tuvimos unos cuantos enfrentamientos, pero nada más. Ese día, huyeron de la ciudad. Algunos a Moscú, otros a Donbass”.

Ahora parece que los azovtsi no solo buscan una “victoria sobre el mundo ruso” en Odessa, como hicieran en Mariupol y Járkov, sino también, y de forma simultánea, consolidar su liderazgo en la escena de la extrema derecha.

Slavyangrad

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