Nuevas consecuencias del bloqueo de Donbass

Casi dos meses después de su inicio, a iniciativa de un pequeño grupo de radicales de varios batallones voluntarios conocidos por su brutalidad y liderado por diputados como Semen Semenchenko o Volodymyr Parasiuk, el bloqueo de carga y de transporte a Donbass sigue teniendo nuevas consecuencias. Si la larga duración del embargo llevó a las Repúblicas Populares a tomar medidas para tratar de proteger su industria -que se tradujo en la introducción de administración externa sobre las empresas ucranianas que operan en el territorio-, la adopción del bloqueo como medida oficial del Gobierno ha llevado al Fondo Monetario Internacional a tener que replantear el próximo tramo de créditos que estaba a punto de entregar a Ucrania. Pese a que tanto el FMI como el Gobierno ucraniano afirman
que se trata de una medida temporal para analizar los efectos del bloqueo sobre la economía y la divisa ucraniana, el retraso de este nuevo crédito ha hecho aumentar el nerviosismo de Poroshenko.

El presidente ucraniano ha reconocido que el bloqueo ha supuesto la pérdida de la última medida de control que Ucrania tenía sobre Donbass y ha llegado a sugerir que todo se trata, en realidad, de una operación especial de la Federación Rusa para alejar a Donbass de Ucrania. En ese caso, habría que preguntarse cuáles son los arquitectos de la medida y cuáles son esos agentes rusos. ¿Serán los diputados nacionalistas Semenchenko y Parasiuk o el alcalde de Lviv Andriy Sadoviy, todos ellos al mando o defendiendo firmemente el bloqueo? ¿O quizá el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, que sancionó el bloqueo y lo adoptó como medida del Estado? ¿O el propio Poroshenko, que no dio la orden de dispersar el bloqueo a finales de abril y que ordenó el bloqueo original de Donbass en 2014? “De hecho, todo ha resultado ser una operación especial dirigida a impulsar a las zonas ocupadas del Donbass ucraniano [la RPD y la RPL] a la Federación Rusa”, afirmó Poroshenko.