Más de 1.000 terroristas del EI han regresado a Marruecos y Túnez después de huir de los campos de batalla de Siria e Iraq, donde el grupo está a punto de sufrir un colapso total.
Se cree que alrededor de 300 han regresado a Marruecos, de donde se cree que procedían seis de los 12 terroristas que llevaron a cabo los recientes atentados en Barcelona, informó The Guardian.
En el apogeo del poder del EI, se cree que hasta 1.600 marroquíes viajaron a Iraq y Siria, convirtiéndose, per capita, en uno de los grupos nacionales más grandes del grupo
terrorista.
Aproximadamente, la mitad de ese número ha muerto en combates desde entonces.
Se cree que los militantes tunecinos tuvieron la más alta representación per cápita entre las filas de militantes extranjeros del grupo terrorista, hasta 1.800 hombres y niños.
Las autoridades marroquíes dicen que han evitado varios ataques terroristas a gran escala en Casablanca y Rabat, pero tienen medios limitados para detener a sus ciudadanos que realizan operaciones fuera del país.
El Norte de África es cada vez más visto como una base para los terroristas que atacan Europa.
En su Informe sobre Situación y Tendencias del Terrorismo de 2017, la principal agencia policial de la UE, Europol, advirtió, por su parte, que el EI no carece de voluntarios en Europa, a menudo con una alta educación y cada vez más preparados para llevar a cabo ataques, guiados por una ideología extremista, el wahabismo, que es oficial en Arabia Saudí.
Según Europol, se cree que más de 5.000 personas de la UE han viajado a zonas de conflicto en Siria e Iraq uniéndose a los grupos terroristas takfiris, especialmente al EI.
Siria culpa a varios países europeos de apoyar a terroristas y militantes desde el comienzo del conflicto en el país.
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