Durante su participación en el foro económico que celebró el Gobierno de Kiev en Mariupol el 29 de octubre, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Vadim Pristayko, anunció que se había iniciado la retirada de tropas y armamento de Zolotoe según un acuerdo alcanzado tras las negociaciones de 2016. La RPL confirmó la disposición al esfuerzo de retirada en Zolotoe. El martes, en Minsk, los negociadores acordaron la fecha para el inicio de la retirada en Petrovsky (RPD).
Podría parecer que se trata de pasos reales hacia la resolución pacífica del conflicto en Donbass. La parte ucraniana finalmente comienza a cumplir algunos de los puntos de los acuerdos de Minsk. Sin embargo, de repente, se informa de maniobras conjuntas de la milicia, el ministerio del Interior y el ministerio de Emergencias y situaciones de crisis. Ucrania inmediatamente acusó a las Repúblicas de Donbass de agresión en el contexto de la retirada de tropas.
Veamos qué significa todo esto.
El 25 y el 26 de octubre, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, acudió a la localidad de Zolotoe, en la línea de contacto. El excómico llegó para negociar con los nacionalistas. Los radicales impedían la retirada de armamento y eso no entraba en los planes del actor. Se produjo un escándalo: la confrontación entre el presidente y el líder del Corpus Nacional Denis Lantar. La conversación se discutió activamente en las redes sociales y el domingo, 27 de octubre, la prensa informó de que los radicales habían entregado las armas. Dos días después, el 29 de octubre, se inició la retirada de tropas y armamento pesado [aunque no se retiraron los radicales, supuestamente desarmados-Ed].
Kiev ha vuelto a actuar de forma ilógica según sus términos. En vísperas de la retirada, el comandante de la llamada “operación de fuerzas conjuntas”, aseguró que Kiev solo estaría dispuesto a retirar las tropas tras siete días de silencio. Según la OSCE, solo habían pasado dos días sin ataques, lo que no impidió que Ucrania lanzara un cohete verde, señal de inicio de la retirada de tropas y armamento pesado de Zolotoe.
En ese punto, el Grupo de Contacto Trilateral acordó la retirada de Petrovsky. Antes, el lado ucraniano se había negado a retirarse de la localidad y detrás de los miembros del ejército estaban los nacionalistas, dispuestos a tomar las posiciones del ejército. Ahora el presidente tiene que persuadir a los radicales para que no impidan que cumpla las condiciones impuestas por la Federación Rusa [para aceptar la celebración de la primera cumbre de jefes de Estado o de Gobierno del Cuarto de Normandía en tres años-Ed]. Ahora es posible que pronto se lance un cohete verde sobre Petrovsky.
La mañana del 30 de octubre se supo que los miembros de la milicia, del Ministerio de Emergencias y el Ministerio del Interior de la RPD se encontraban en situación de alarma. El mismo procedimiento se inició en la RPL. Poco después se conoció que la RPD y la RPL se habían desplegado para realizar maniobras conjuntas. Esas medias son importantes por más motivos que los puramente prácticos. De esta forma, las Repúblicas de Donbass han demostrado estar preparadas. Ejercicios similares se produjeron en el periodo en el que Estados Unidos estaba preparando el suministro de misiles antitanque Javelin a Ucrania. Las Repúblicas Populares realizaron ejercicios para contrarrestar esas armas. En pocas palabras, la RPD mostraba que sabía cómo destruir las bases ucranianas armadas con Javelins.
Ahora ocurre algo similar. Las actuales maniobras son necesarias para mostrar que las unidades de la RPD y la RPL están preparadas para actuar en caso de que Kiev no cumpla con su parte del trato.
Han comentado las maniobras los líderes de las Repúblicas Populares. “Con la llegada de los nacionalistas a la zona de retirada puede haber un aumento del riesgo para la vida de los civiles en la parte del territorio bajo control de Kiev. Son capaces de usar métodos terroristas para la guerra, tienen experiencia en provocaciones y sabotaje. Los nacionalistas son capaces de desestabilizar la situación en la zona de conflicto y, por lo tanto, de interrumpir el esfuerzo de retirada de tropas.
Teniendo en cuenta los hechos y la inteligencia, se puede asumir que los ejercicios del Ministerio del Interior, del Ministerio de Emergencias y de la milicia de la RPD buscan garantizar la fortaleza de las capacidades de defensa de las Repúblicas y la capacidad de las estructuras nacionales para eliminar las consecuencias de las situaciones de crisis”, afirmaba el texto del comunicado oficial de Denis Pushilin, líder de la RPD. Leonid Pasechnik, por su parte, insistió en que las Repúblicas Populares deben tener la capacidad de responder a cualquier agresión de Kiev.
¿Por qué, al día siguiente de la preparación de la retirada de armas en Zolotoe los líderes de las Repúblicas Populares decidieron realizar maniobras militares? Hay varios motivos para esa reacción de las Repúblicas de Donbass. En primer lugar, los cinco años de guerra han enseñado a la RPD y la RPL que no pueden confiar en Kiev. Cualquier acuerdo al que han llegado los líderes del Cuarteto de Normandía ha sido infringido. Un caso práctico: Shirokino. Después de que se decidiera que era preciso desmilitarizar la localidad del sur de Donbass, la división que defendía la ciudad se retiró de sus posiciones. Al poco tiempo, los nacionalistas del regimiento Azov entraron en Shirokino y ocuparon los puestos abandonados. ¿Qué impide a los “patriotas ucranianos” hacer lo mismo? Nada. Esa es la segunda causa de las maniobras.
Los nacionalistas no solo no han abandonado el frente sino que están armados. Así lo confirmó en la televisión ucraniana el líder del Corpus Nacional en la región de Nikolaev, Denis Lantar tras la publicación de varias noticias en la prensa que hablaban del desarme de los nacionalistas. “Seguimos en Zolotoe. El hecho de que ayer la policía afirmara que había retirado las armas, que estábamos desarmados y que legalmente no tenemos armas, es una información poco correcta. Ha habido cierto compromiso, pero es una información exagerada. Nuestras armas y nuestra gente sigue ahí”, afirmó el ultraderechista.
En tercer lugar está la inestabilidad del liderazgo ucraniano. Si antes Ucrania no quería cumplir con los compromisos adquiridos en los acuerdos, las actuales autoridades muestran su debilidad ante una minoría agresiva. Es la parte de la población a la que llama patriotas. Se considera patriótico exigir la continuación de la guerra, llamar subhumanos a los residentes de Donbass o amenazar con matar al presidente. Las amenazas a Zelensky aparecieron tras la conversación con Denis Lantar, del Corpus Nacional. El Estado no respondió. Es difícil confiar en un Gobierno que ni siquiera puede garantizar la seguridad de su propio líder.
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