Muchos países y líderes latinoamericanos de izquierda el domingo (10 de noviembre) llamaron “golpe de estado” a los acontecimientos que llevaron a la renuncia del presidente boliviano Evo Morales, que había ganado recientemente unas elecciones.
Los líderes de Venezuela, Nicaragua, Cuba, Argentina y México, así como el ex presidente brasileño Lula y el ex presidente peruano Humala denunciaron un “golpe” contra Morales, quien renunció después de semanas de manifestaciones contra su reelección en octubre y tras ser abandonado por la policía y el ejército.
“Condenamos categóricamente el golpe contra el presidente Evo Morales”, escribió el presidente venezolano Nicolás Maduro en Twitter.
Él llamó a “la movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos indígenas bolivianos, víctimas del racismo”. Morales, que estuvo en el poder durante casi 14 años, fue el primer presidente indígena de Bolivia.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, también condenó el “golpe violento y cobarde contra la democracia en Bolivia”.
“El mundo necesita movilizarse por la vida y la libertad de Evo”, dijo Díaz-Canel en Twitter, con el hashtag #EvoNoEstasSolo (Evo, no estás solo).
Cuba, un aliado tradicional del líder socialista boliviano, expresó su “solidaridad con el hermano presidente Evo Morales, protagonista y símbolo de las demandas de los pueblos indígenas de nuestras Américas”, tuiteó el canciller Bruno Rodríguez.
Otro aliado de Evo Morales, Nicaragua, ha “condenado enérgicamente el golpe” contra el presidente boliviano.
“Exigimos que se respete su libertad, su integridad física y su vida”, dijo el gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega en un comunicado.
El jefe de la diplomacia mexicana, Marcelo Ebrard, dijo en las redes sociales que en Bolivia “hay una operación militar en progreso”, y también describió como un “golpe de estado” lo que sucedió. Ebrard anunció que México acogió desde el domingo a “veinte personalidades del poder ejecutivo y legislativo de Bolivia” en su Embajada en La Paz. “Si así lo decidiera, también ofreceríamos asilo a Evo Morales”, escribió el ministro mexicano.
El presidente electo argentino, el peronista de centroizquierda Alberto Fernández, habló de un “golpe de estado”.
“En Bolivia hubo un golpe de estado producido por la acción conjunta de civiles violentos, el personal policial que se desmovilizó y la pasividad del Ejército. Es un golpe contra el presidente Evo Morales, que había convocado un nuevo proceso electoral”, escribió en Twitter Fernández, quien será presidente a partir del 10 de diciembre.
Lula y Humala
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue liberado de la cárcel el viernes después de un fallo de la Corte Suprema, condenó también el golpe de estado.
“Me acabo de enterar de que hubo un golpe de estado en Bolivia y que el compañero Evo se vio obligado a renunciar”, escribió en Twitter Lula, que durante su presidencia fue un aliado cercano de Evo Morales.
“Es lamentable que América Latina tenga una élite económica que no sabe cómo aceptar la democracia y la inclusión social de los más pobres”, agregó Lula.
Lo mismo ocurrió con el ex presidente peruano Ollanta Humala quien, al denunciar una “ruptura institucional”, expresó su “solidaridad” con Evo Morales “obligado a tomar la decisión de renunciar para que la violencia provocada por la oposición no hiciera más daño a la gente”.
“La ruptura institucional en Bolivia es inaceptable. El pueblo boliviano debe decidir lo antes posible, en elecciones libres, sobre su próximo gobierno”, agregó Fernández.
AFP
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