Por Hu Xijin.- La Marina de los EE. UU. ha relevado a Brett Crozier, el capitán del portaaviones Theodore Roosevelt, quien antes sonó la alarma sobre un brote de COVID-19 a bordo del barco.
¿Crozier ha hecho algo malo al hacer sonar la alarma? ¿Se ha convertido en una versión estadounidense del Dr. Li Wenliang?
La reputación de Li había sido restaurada y ahora se la identifica como mártir. Sin embargo, Crozier fue perjudicado en el momento crucial de la lucha de Estados Unidos contra COVID-19.
El Pentágono condenó a Crozier por demostrar "juicio extremadamente pobre en medio de una crisis" y crear pánico que era innecesario.
Pero en nuestra opinión, Crozier es más claro que los funcionarios del Pentágono. El portaaviones Theodore Roosevelt es probable que se convierta en otro Diamond Princess, y
si no se toman medidas, se informará una muerte a bordo tarde o temprano.
Con una mentalidad de campaña, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, podría haber sabido que el Pentágono se está metiendo en problemas. Dijo que no estaba de acuerdo con la decisión contra Crozier. ¿Pero puede Trump rectificar el error del Pentágono? ¿Castigará a los oficiales militares que perjudicaron a Crozier?
Independientemente de si Crozier reanudará sus deberes o no, mientras los funcionarios que emitieron la orden de expulsión permanezcan intactos, Crozier será perseguido y marginado y etiquetado como un cobarde que destruyó la moral de los militares.
En resumen, los Estados Unidos hasta ahora se han mostrado reacios a reflexionar sobre su fracaso para controlar el brote de COVID-19, y simplemente han tratado de pasar la pelota. El entorno político en los Estados Unidos apoya y alienta algunas mentiras serias.
El Congreso de los Estados Unidos aprobó resoluciones para interferir en el manejo de China del caso del Dr. Li, pero lo que realmente debería hacer es criticar la inacción de los Estados Unidos sobre COVID-19 y su trato injusto de Crozier.
Global Times
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