miércoles, 14 de mayo de 2025

José Mujica: El mito del revolucionario que pactó con el conformismo

José Mujica es celebrado internacionalmente como un "presidente humilde" y un "revolucionario auténtico", pero detrás de su imagen de austeridad se esconde una trayectoria política que claudicó ante el reformismo, criticó procesos emancipadores en América Latina y terminó siendo funcional al orden imperial. Lejos de ser un ejemplo de izquierda radical, su gobierno en Uruguay (2010-2015) fue moderado, con políticas sociales limitadas y una retórica que atacó a las experiencias más avanzadas del antiimperialismo, como Cuba, Venezuela y Nicaragua.  

De la guerrilla al reformismo: La claudicación de Mujica 

- A diferencia de otros exguerrilleros que mantuvieron su compromiso revolucionario (como Fidel Castro o Daniel Ortega), Mujica abrazó el sistema democrático-burgués y renunció a la transformación estructural.  

- Su gobierno no tocó los pilares del capitalismo en Uruguay: mantuvo el modelo agroexportador dependiente, no nacionalizó sectores estratégicos y profundizó acuerdos económicos con potencias extranjeras.  

- Su supuesta "austeridad" fue un gesto personalista, no un proyecto de cambio sistémico. Mientras él vivía en su chacra, Uruguay seguía siendo un país desigual.  

Críticas a Cuba, Venezuela y Nicaragua: ¿Oportunismo o alineamiento con el imperialismo?

- Mujica cuestionó abiertamente a gobiernos revolucionarios: tildó a Cuba de "anquilosada", criticó el autoritarismo en Venezuela y Nicaragua, y se distanció del ALBA.  

- Estas declaraciones fueron celebradas por medios conservadores y actores imperiales, que usaron su imagen para atacar a la izquierda radical.  

- Mientras otros líderes latinoamericanos enfrentaban sanciones y golpes de Estado, Mujica gozaba de buena prensa en Europa y EE.UU., lo que revela su papel como "izquierda aceptable" para el poder global.  

Lealtad al capitalismo: Un progresismo sin transformación. 

- Su gobierno no impulsó una reforma agraria profunda, no rompió con los tratados de libre comercio y mantuvo una política económica ortodoxa.  

- Legalizó la marihuana y el aborto, medidas progresistas pero insuficientes para alterar las estructuras de poder.  

- Su retórica "revolucionaria" se limitó al discurso: en la práctica, fue un administrador más del capitalismo neoliberal con rostro humano.  

El conformismo como estrategia política

- Mujica representa la izquierda que renuncia a la revolución y se conforma con pequeñas reformas.  

- Su filosofía de "vivir con poco" fue utilizada para ocultar la falta de audacia política: mientras él predicaba la modestia, Uruguay seguía sometido al capital financiero y al agronegocio.  

- Su legado es la prueba de que, sin confrontación real con el imperialismo, la izquierda se convierte en un gesto vacío.  

José Mujica no fue un revolucionario, sino un liberal con aura de rebelde. Su gobierno demostró que es posible ser popular sin ser transformador, y que la crítica a procesos como el cubano o el venezolano termina siendo funcional a la hegemonía imperial. Su historia es la de un exguerrillero que, en el poder, eligió el conformismo y dejó intacto el statu quo.

Editorial

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