lunes, 15 de mayo de 2017

El Salvador: El día que mataron al comandante Celso

El 14 de mayo de 1980, La Fuerza Armada Salvadoreña atacó el campamento El Mono en el volcán de San Vicente

Estaba amaneciendo cuando empezó a lloviznar. A las 06.00 de la mañana el posta revienta una bomba cacera en la comunidad El Perical. Era el aviso de invasión por parte de La Fuerza Armada. Hombres, mujeres, ancianos y niños corren de todas partes buscando las quebradas y la montaña. La gente corre desesperada en guinda buscando donde refugiarse. La tropa avanza por las faldas del volcán Chinchontepec. Los soldados suben la empinada cuesta para llegar al campamento guerrillero de las FPL en el cantón El Mono. Para esta época el Ejército se daba el lujo de pasearse por las zonas guerrilleras hasta que en los años de 1982 y 1983 barrimos
con todos los anillos que tenían en la periferia de las zonas y jamás regresaron a poner posiciones. El Mono se distinguía por tener una inclinada calle empedrada. En el cantón El Mono se encontraban varios colectivos de trabajo: el de salud, el de propaganda, el de seguridad, el de abastecimiento, y otros más. Cada colectivo tenía como local una casa.

Celso se encontraba en reunión con el Colectivo de Propaganda, aunque él pertenecía al de Logística, estábamos bien organizados, la seguridad también funcionaba muy bien cuando había peligro como en caso de invasión. ¡Cuando escuchabas los primeros bombazos y las balas silbar, cada quien sabía qué hacer! Todos teníamos una responsabilidad que cumplir. Los de abastecimiento sabían que en una situación de emergencia, uno tomaba la olla y el otro tomaba el sartén. Todo estaba bien planificado. Todos recogimos nuestras pertenencias y algunos equipos de trabajo para salvarlos de los cateos y el pillaje del criminal ejército, y salimos en guinda, todos buscamos refugio en las partes altas de la zona para ver los movimientos de los soldados. Cuando llegamos al lugar de contacto, el colectivo del compañero Celso estaba completo, pero faltaba la mochila. El problema se presenta cuando alguien del colectivo no cumple con la tarea asignada. Esto puede desequilibrar todo frente de guerra ante una situación de emergencia y pone en riesgo la vida de todos. Resulta que a un compañero se le había dado la responsabilidad de cuidar una mochila que tenía 11.000 colones. Cuando tronaron los primeros bombazos y se agudizó el traqueteo de los balazos el compañero que cuidaba la mochila salió corriendo y la dejó abandonada. El dinero de la mochila era para la comida de los combatientes en los campamentos guerrilleros, y también había un plan estratégico de la organización, mapas con los puntos claves de la zona. ¡La verdad es que cuando sonaron los pijazos todos salimos en guinda para arriba del campamento, subimos de prisa el volcán! Al llegar al punto acordado según nuestro plan de retirada, los colectivos comenzaron a contar a su gente y a reunirse, y a buscar a los que hacían falta. En ese momento yo era parte del equipo de medicina y todos estábamos completos, pero de repente varios vimos al compa que se le dio la tarea de cuidar la mochila sin la tal mochila y en coro le preguntamos ¿Y la Mochila? ¡Se me olvidó! dijo el compa, pero bien asustado. En ese mismo instante, Celso ordena al jefe de La Sección guerrillera que le apoye con una escuadra de combatientes para ir a recoger los materiales abandonados. Franco, el jefe de las estructuras de las milicias del volcán también estaba allí presente. “¡Préstame una escuadra de cinco combatientes… voy a ir a buscar la mochila!” Celso era un buen jefe y con una gran calidad humana, prefirió ir él que mandar al muchacho que la había dejado abandonada. Celso y dos guerrilleros llegaron a la casa del campamento que poco antes habían desalojado, allí encuentran la mochila quemada. Tiempo después supimos que los soldados al encontrar la mochila no la registraron por miedo y la pusieron al fuego para que se quemara. Esto lo hicieron con precaución pues se imaginaban que habíamos dejado adentro bombas. Regresando a nuestro punto de encuentro, los compañeros junto con Celso son atacados a mansalva por los soldados, y se inicia un fuerte enfrentamiento donde Celso cae heroicamente combatiendo a la tiranía militar fascistoide. Los compañeros, cercados, combatieron heroicamente hasta pasada la 01.00 de la tarde, causándole varias bajas al enemigo entre muertos y heridos. El operativo militar fue realizado por tropas de los cuarteles de San Vicente y Zacatecoluca con un número considerable de soldados. Todos lamentamos la muerte de Celso, un gran cuadro, un gran compañero, estaba joven y tenía mucho por dar a la revolución. Esto fue el 14 de mayo de 1980. Bien clarito recuerdo al compañero Celso. El compañero fue enterrado la tarde del mismo día 14 de mayo de 1980, y le brindamos todos los honores que un héroe se merece.

Mientras toda la gente nos encontrábamos arriba del volcán, antes del enfrentamiento, y en el punto señalado según el plan de retirada, en ese momento se vino un pijazo de agua. Celso sacó un cigarro, luego sacó otro, lo encendió y mientras fumaba, con la otra mano se limpiaba de la frente las gotas de agua llovida. El compañero se miraba pensativo, preocupado seguramente pensando en cómo recuperar aquella mochila, y con el temor de que los soldados encontraran su contenido, sin duda esto pondría en peligro la vida de cientos de personas: ¡tratar de recuperarla le costó la vida! Bien tengo presente su cara mientras aquel gran aguacero caía recio sobre su rostro. En homenaje al compañero Celso se le puso al Frente Paracentral José Roberto Sibrián.

José Roberto Sibrián, El Comandante Celso, fue un maestro de profesión, afiliado a ANDES 21 de Junio. Originario de San Pedro Masahuat, en el departamento de La Paz. José Roberto terminó su educación media en San Salvador. Estudiaba Economía y trabajaba en la Universidad Nacional hasta 1972, cuando el Ejército gubernamental ocupó la UES. Fue del grupo fundador de las gloriosas Fuerzas Populares de Liberación, FPL, Farabundo Martí. En 1979 Celso viajó a Nicaragua al mando de La Brigada Farabundo Martí integrada por guerrilleros salvadoreños de Las FPL que fueron a combatir en apoyo al Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, durante la insurrección popular que puso fin a la dictadura de la familia Somoza. Después del triunfo de la revolución Sandinista en 1979 el compañero Celso regresó a El Salvador y se incorporó al mando de nuestras unidades en el Paracentral cayendo en combate en el caserío El Mono por las estribaciones del volcán de San Vicente en el año de 1980.

El compañero Franco, su nombre verdadero era David Merino, originario de Lomas de Angulo, fue un heroico compañero que aportó mucho a la revolución, y murió asesinado después de los acuerdos de paz cuando era integrante del equipo de tierras para los veteranos del Frente Paracentral. Su asesinato no ha sido esclarecido.

Compañero Comandante Celso ¡Presente!
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