lunes, 28 de mayo de 2018

La CIA, una incubadora de monstruos. Parte I (+ Infografía)

Por Miguel Angel García Alzugaray.- El 26 de julio de 1947 Harry S. Truman, presidente de los Estados Unidos, firmó el Acta de Seguridad Nacional que dio vida a la CIA. La Agencia Central de Inteligencia o Central Intelligence Agency, heredera de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), comenzó a ser organizada para combatir a Italia, Alemania y Japón, durante la Segunda Guerra Mundial.

La CIA, con unos 16 mil empleados y sede central ubicada en un complejo de 104 hectáreas cerca del Río Potomac en Langley, Virginia, tuvo la tarea de acopiar y analizar información referente a los enemigos exteriores de Estados Unidos y de esa manera permitir al presidente, el Pentágono y el Congreso, abordar amenazas presentes y potenciales.

Pese a que el marco legal establece que la actividad de inteligencia de la CIA debe ser “oportuna, objetiva, independiente de consideraciones políticas y basada en las fuentes de la comunidad de inteligencia”, resulta ingenuo aceptar que la estrategia de inteligencia de EE.UU. en el mundo real sea apolítica, ya que desde su fundación, la CIA rebasó sus propios límites y desarrolló operaciones clandestinas tendientes a modificar las políticas internas de
otros países, en función de los intereses y la seguridad de EE.UU.

La CIA se encuentra involucrada en las más turbias políticas, acciones y maniobras contra dirigentes, organizaciones e instituciones que interfieran en los intereses del imperio, violando toda norma ética, jurídica, diplomática que rigen las relaciones políticas y económicas internacionales. A su vez, una larga historia de corrupción, actuaciones ilegales, denuncias y descrédito están asociadas a este servicio de inteligencia y a sus principales jefes.

Tortura y cárceles ilegales

En el año 2006, organizaciones internacionales acusaron a la CIA de utilizar aeropuertos europeos para transportar presos a sus presidios y de tener múltiples cárceles ilegales secretas por toda Europa, en las que habían personas que recibían torturas. En la misma línea, se ha denunciado la tolerancia o colaboración de varios gobiernos como Hungría y España ante estos hechos.

Un informe del Parlamento Europeo confirmó, en 2006, que la CIA ha sido “directamente responsable del rapto, el traslado, el secuestro y la detención de sospechosos de terrorismo” en Europa. En ese mismo año, tras la revelación del presidente George Bush de que existen estos centros secretos para sospechosos de terrorismo, los eurodiputados solicitaron que se aclarase la posible implicación de gobiernos de la Unión Europea (UE) en la detención y traslado de los prisioneros por parte de la CIA, así como si existían prisiones de este tipo en territorio comunitario.

Finalmente, en 2007, Dick Marty, el senador suizo que investigaba desde el Consejo de Europa las actividades ilegales de la CIA tras los atentados del 11-S, emitió su segundo informe, en el que se daba por probado que Polonia y Rumanía habían albergado centros ilegales de la agencia norteamericana entre 2003 y 2005, donde presuntos terroristas islámicos fueron sometidos a técnicas de interrogatorio «equivalentes a torturas».

Numerosos periodistas y medios de todo el mundo han realizado acusaciones sobre EE.UU. y, en concreto, sobre la CIA de violar las Convenciones de Ginebra al recurrir a la tortura.

En febrero de 2009, el Presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, nombró al economista Leon Panetta como nuevo Director en funciones de la Agencia. Sobre los responsables de torturas en la agencia, Panetta afirmó que defendería a los oficiales que “hicieron lo que su país les pidió hacer”.

A continuación y a modo de ejemplo un brevísimo resumen de las acciones terroristas de la CIA en América Latina y el Caribe:

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Cubadebate

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