La embajadora de Estados Unidos en Las Naciones Unidas, Kelly Craft, presionó a la representación de Palestina en ese foro para que no se opongan a la farsa que ideó el presidente Donald Trump para, según él, alcanzar la paz en el conflicto.
Una información que publica el sitio antiwar.com habla de un comunicado emitido por la diplomática advirtiendo a los palestinos que no expresen ningún desagrado por el plan de paz de Trump en la ONU y que sus protestas “no servirían de nada”.
Señala la publicación que el embajador palestino, Riyad Mansour, ya llevó el plan a la ONU, y está trabajando en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, describiendo la iniciativa de la Casa Blanca como una "receta para la destrucción de los derechos nacionales del pueblo palestino".
Plantea antiwar.com que mientras que Craft advertía a los palestinos contra cualquier
movimiento en la ONU, no está claro que los Estados Unidos puedan hacer más a los palestinos de lo que ya hizo con el plan y el fomento de las anexiones israelíes en Cisjordania.
Es probable que Estados Unidos culpe a los palestinos por el fracaso del plan, pero es probable que esa fuera la idea desde el principio, dado que literalmente nadie esperaba que los palestinos estuvieran de acuerdo con él.
Al respecto de esta llamada “Bofetada del Siglo”, el sitio mondoweiss.net recopila una serie de opiniones de sectores sionistas tanto en (Israel) como en Estados Unidos que ponen en duda el éxito del plan.
Los sionistas liberales denuncian el plan Trump como una amenaza existencial a la llamada "democracia judía", señala Philip Weiss en su publicación.
Plantea que el presunto plan de paz es apoyado por los grupos de presión de la derecha que estuvieron presente en su lanzamiento, incluyendo a multimillonarios como Sheldon y Miriam Adelson y figuras como John Hagee, Joe Lieberman, Malcolm Hoenlein, Alan Dershowitz y Ron Lauder.
Al respecto de ese apoyo, Weiss asegura, sin embargo, que los sionistas estadounidenses liberales y centristas están horrorizados. Ellos consideran el plan como una amenaza existencial a "la democracia judía".
Estos partidarios de (Israel), subraya, dicen que el plan hará que Tel Aviv se anexe gran parte de la Ribera Occidental, poniendo fin así a toda posibilidad de una solución de dos estados y conduciendo a un estado binacional en el que los palestinos exigirán igualdad de derechos.
Estos sionistas están respondiendo con alarma y rabia al plan y, junto con muchos de los principales demócratas, anuncian planes para luchar contra su aplicación, indica.
Cita la publicación a Michael Koplow del centrista Foro de Política de (Israel), quien al explicar la farsa señala que “en cuatro años, si los palestinos no aceptan esto, (Israel) se anexionará la totalidad de la Ribera Occidental”.
Como otros, Koplow ve una motivación política en el anuncio, para ayudar a Netanyahu a ganar la reelección en marzo.
Mientras, el grupo sionista liberal J. Street emitió una condena del plan porque pone en peligro la afirmación de (Israel) de ser la "patria democrática del pueblo judío" y también exacerba el conflicto.
Destaca que al respaldar la soberanía israelí sobre vastas porciones de la Cisjordania ocupada, el Presidente y su equipo parecen estar facultando a los dirigentes israelíes para llevar a cabo anexiones unilaterales que violarían flagrantemente el derecho internacional, pisotearían los derechos de los palestinos y pondrían en grave peligro el futuro de Israel como patria democrática del pueblo judío.
Están descartando –subraya- décadas de política bipartidista de los Estados Unidos en favor de un esfuerzo destructivo que seguramente exacerbará el conflicto israelí-palestino, dará poder a los extremistas más peligrosos de ambos lados y desestabilizará la ya tenue relación de Israel con Jordania.
J. Street hace un llamado a la acción contra "el conflicto permanente y la ocupación", y señala que Trump, el embajador Friedman y sus partidarios de extrema de derecha esaán trabajando para socavar la democracia israelí, sabotear la diplomacia genuida y condificar un stato quo de conflicto y ocupación permanentes. Debemos hacer todo lo posible para detenerlos, destaca.
También se une a las preocupaciones y los alertas Tamara Cofman Wittes, una destacada defensora de (Israel) en el Instituto Israelí y en la Fundación Brookings, quien plantea que con la maniobra “Jerusalén quedará indivisa para siempre”.
Este es el indicio de que el plan Trump es un resultado impuesto, no una base para las negociaciones.
Otros como Hussein Ibish, uno de los dos grandes investigadores de la Iniciativa de los Estados Árabes del Golfo, según mondoweiss.net, califica la idea como “el espectáculo más repugnante de la historia del conflicto palestino-israelí, un listón muy alto. Las masacres y el terrorismo no pretenden piadosamente ser generosos y responsables. Pero todo el mundo sabe que esto es la política interna de EE.UU. e (Israel). Ahora tenemos que limpiar este desastre.
La publicación también cita a Anschel Pfeffer de Haaretz, quien asegura que tratan de resolver el problema sin los palestinos presentes, lo que califica como “una increíble farsa”.
Al parecer todo no es color de rosa para los promotores del plan y como dicen..., los sionistas norteamericanos liberales y centristas están horrorizados. Consideran el plan como una amenaza existencial a la llamada "democracia judía".
Fuente : Antiwar.com y Mondoweiss.net
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